lunes, 16 de abril de 2007

La brecha es algo más que digital

Luis Piedrahita, el Rey de las Cosas Pequeñas, concluyó su magnífico monólogo de ayer en El hormiguero (de Cuatro) dividiendo el mundo en dos tipos de países: "aquellos en los que hay más pies que zapatos y aquellos en los que hay más zapatos que pies", un modo muy gráfico de denunciar el principal problema que asola nuestro planeta: la obscenamente injusta desigualdad.

Hace unos días oí o leí que la brecha digital es cada vez más extensa: de los casi 6.000 millones de personas que pueblan la Tierra, poco más de 1.200 millones son internautas; por masticar el dato, como si sólo los habitantes de China pudiesen navegar por internet: qué injusticia, ¿no?

Pero la brecha no es únicamente digital. Es más: ojalá fuera únicamente digital.

Lo cierto es que la brecha es brutal sobre todo en cuestiones esenciales: alimentos, sanidad, vivienda, educación, cultura... La mayor parte de la población mundial, pero mayor en términos casi inimaginables, se muere de hambre mientras nosotros nos preocupamos por la amigdalitis de un futbolista, la nueva novia de un famoso iletrado o cómo engrosar al máximo nuestras cuentas corrientes aunque tengamos que vender a nuestras madres e hijos para ello. A cambio, la vida nos premia con infartos, insomnio, depresión...

"La felicidad, es cierto -ya lo decía Castilla del Pino-, es estar de acuerdo con uno". Pero, ¿quién puede estar de acuerdo con uno mismo sabiendo que su confort se basa en la miseria de los demás?

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