lunes, 2 de abril de 2007

Un café solo para el Presidente


Hace unos días el Presidente del Gobierno protagonizó el programa de TVE Tengo una pregunta para usted. Al parecer, lo más significativo del espacio fue que Rodríguez Zapatero toma el café muy barato. El periódico sensacionalista El Mundo situó esa noticia como la segunda de su portada al día siguiente, y se convirtió en tema de tratamiento más o menos considerable en muchos medios. Como no hay asuntos más importantes en España y, sobre todo, en el mundo, es lógico tanto despliegue; sin embargo, yo me quedo con otras cuestiones de esa comparecencia:


1. El Presidente dio muchos datos, muchas cifras, sin duda ciertas, pero los números (al menos para los que somos de Letras) resultan generalmente fríos. Hubiese preferido un Zapatero más ciudadano que presidente; menos político, aunque resulte paradójico.


2. Se extendió en exceso en varias respuestas, y eso hizo que sus intervenciones fueran en bastantes momentos aburridas. Vivimos en tiempos de prisas, de titulares, de cuentos microscópicos..., más que de novelas de Tolstoi o ensayos de Montaigne. Es una pena, porque a veces se pierde profundidad; pero sintetizar con interés también es signo de inteligencia ("lo bueno, si breve...", que diría Gracián), y yo creo que el Presidente lo es.


3. Por parte de los ciudadanos que preguntaban predominó el uso de la primera persona del singular, algo así como un casi constante "¿qué hay de lo mío?". Lo que me confirma la idea de que representar a un colectivo resulta por lo común una tarea titánica, es decir, encomiable.


4. Pero, sobre todo, me llamó muy positivamente la atención que el Presidente no tuviera ni una mala palabra para el Partido Popular, que no tiene media buena para él. Fue lo que más me agradó de todo el programa: sosiego, en lugar de crispación. Hace tres años, en febrero o marzo de 2004, en plena campaña para las generales, un asistente a un mitin del PSOE le gritó a Zapatero: "¡Dales caña!", refiriéndose, claro, al PP; el entonces candidato contestó algo semejante a "Más que caña, prefiero dar ejemplo", y en ese instante comenzó a encantarme la idea de que ese tipo llegara a ser Presidente del Gobierno de mi país. Yo no lo voté, pero celebro que sucediera. Aunque no sepa, al igual que yo, cuánto cuesta un café solo en un bar.

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